Un restaurante sobreviviendo a la pandemia en Antigua Guatemala
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UNO SIN, DOS CON…
El 15 de Marzo del 2019 estabamos celebrando nuestro primer aniversario cuando nuestro querido Presi salió en la tele anunciando que se cerraba el el país entero.
Todito.
Muchos de nosotros jurábamos que era cuestión de una semana o dos y todo regresaba a su normalidad. “Ellos” no iban a permitir que el mundo entero cerrara por más de ese tiempo… mjm… Ahora nos reímos de esto pero para un negocio individual en esta industria el estar hoy en día todavía abierto es un pequeño milagro. Al principio la incertidumbre era palpable y espantosa. Sin ahorros, con deudas, todavía creciendo, todavía no establecidos, viviendo día a día. Era Semana Santa y salía el sol pero era prácticamente lo único que salía. Eso y perros de la calle. Sábado en la tarde en Semana Santa y ni un alma en la calle. Talvez una moto de reparto al final de la calle de vez en cuando. Parecía una escena de una película bizarra de ciencia ficción.
En el caso de Fermento, solo pretendimos que no estabamos fuera del juego aunque no hubieran clientes. Todavía teníamos gas en el tanque e ingredientes en la refri. Mi posición siempre fue que no se despedía a nadie y que lo ibamos a sobrevivir juntos, lo cual sucedió. Mi trabajo era venir aqui a levantar a mi equipo, animarlos y darles algo de esperanza, incluso cuando yo mismo no sabia si ibamos a poder volver a servir una hamburguesa más el sieguente día. Las deudas se estaban acumulando. A veces estabamos almorzando en la barra que da a la calle y veíamos a otro pickup lleno de equipo de restaurtante que iba de salida, y todos en silencio nos preguntábamos cuando iba a ser nuestro turno de empacarlo todo. Por lo menos siempre tuvimos un plato de comida caliente todos los días. Seguimos con lo que teníamos y nos tocó sacar la creatividad en cualquier forma posible. Talvez es parte de ese pequeño milagro de poder estar aqui el día de hoy. A algunos no les gusto esas formas creativas pero teníamos que hacer lo que teníamos que hacer para sobrevivr.
Ni modo.
La Pandemia sacó lo mejor y lo peor en la personas. Algunas realciones desafortunadamente se perdieron. Talvez la Pandemia solo aceleró lo que iba a pasar de todos modos. Afortunadamente, otras amistades también se reforzaron. Esa fue la otra parte del pequeño milagro. Hay algunos nombres que rápido se me vienen a la mente que yo se que sin ellos ni su intervención divina Fermento no estaría abierto el día de hoy. Esos mismos Angeles y otros más siguen apareciendo en nuestro camino. Algo bueno debemos de estar haciendo.
Las cosas más o menos han regresado a una normalidad similar a lo que era antes y es un respiro de aire fresco. La incertidumbre ya no esta presente.
A todos mis compañeros propietarios de restaurantes y bares que siguen aqui, me quito el sombrero ante ustedes.
Si logré sobrevivr un año con Pandemia y dos sin… todos los vamos a lograr.
Escritio á Hector Castro.
Dueño y cocinero de Restaurante Fermento