Cuando me preguntan cuál es el sentimiento que más he experimentado durante todo este tiempo que he estado trabajando con las víctimas del Volcán Fuego en distintos aspectos, la verdad es que no me es posible señalar solo uno. Esta tragedia tiene tantas caras que tratar de separar una de la otra y decir cuál es más importante es difícil – identificar qué se siente es complicado.
¿Por dónde comenzar?
Y bueno, esperábamos que las donaciones mermaran. Ya pasó el tiempo de emergencia entonces los víveres son menos, afortunadamente las medicinas no. Hay un especial interés en ayudar con la salud y eso es bueno. Eso nos ha permitido, como Antigua al Rescate, hacer varias jornadas en lugares donde el acceso a la salud es difícil – si no es que imposible. Es tan satisfactorio ver caras sonrientes cuando saben que van a sentirse mejor que te vuelves adicto al servir.
Hay grupos en Facebook donde la gente se organiza y lleva víveres y construye casas, además de conseguir todo lo que haga falta para darles a las familias un espacio nuevo, que a diferencia de las viviendas que el gobierno propone, tienen espacios para que sus miembros puedan disfrutar de su individualidad y no tener que compartir el baño con un montón de extraños.
La comida se sigue preparando en el albergue de Ciudad Vieja. Los chefs y voluntarios son incansables y aun cuando la temporada alta en La Antigua los deja exhaustos, siguen trabajando, son en verdad sorprendentes. Para que tengan una idea, el chef Félix Pailliez, además de cocinar se toma el tiempo de comprar víveres e irlos repartiendo por toda Yepocapa a quienes los necesitan.
La comida del albergue de Ciudad Vieja también llega a San Miguel Los Lotes (especialmente ahora que se ha reabierto la carretera y se puede llegar más rápido).
¿Saben quién llega también más rápido? La policía.
Podría despotricar aquí contra los agentes que envían a tratar de controlar la situación en Los Lotes pero realmente ellos son sencillamente enviados por las autoridades (que no terminan de admitir que los envían).
Hasta hace pocos días la situación estuvo tan tensa que mandaron antimotines a controlar a gente que – aún con pasados coloridos – son víctimas. Los vecinos de la comunidad estaban desesperados por volver a buscar a sus familiares con algo más que palas y piochas. Hasta hace poco no habían logrado obtener un permiso oficial para poder dejar entrar máquinas pero decidieron llevarlas sin importar lo que pasara.
Han hecho lo que pueden para que los escuchen, incluyendo boicotear la inauguración de la carretera RN14, llevando los cuerpos de los familiares que encontraron ese día. Era horrible y a la vez valiente. Bajo la lluvia, enfrentaron a quien se les puso enfrente demandando atención.
Esta comunidad que ha vivido lo impensable, finalmente se unió y reclamó sus derechos. Después de esto y otras cosas más (que no puedo contar porque Scott no quiere que lo meta en problemas) finalmente consiguieron un permiso para buscar por 20 días más. Esto significa que nuevamente se van a organizar grupos de rescatistas para poder encontrar la mayor cantidad de cuerpos posible.
Nadie lo dice pero casi todos tenemos la certeza de que después de estos 20 días la búsqueda va a acabar y tal vez, los pobladores estén resignados para entonces y decidan ya detenerse. O tal vez no. No se sabe.
En este punto, lo que cuenta es estar en Los Lotes todos los días muy temprano para aprovechar el día y buscar. De verdad, se necesita que estos 20 días se haga todo, se de todo.