Diciembre es por mucho el mes más esperado del año en varias partes del mundo, y Guatemala no es una excepción. Entre las celebraciones más destacadas en estas fechas está la tradicional Quema del Diablo.
Históricamente, se dice que se originó en las festividades religiosas dedicadas a la Virgen de la Concepción que salía por las calles en rezado (una procesión pequeña con rezos y cantos), y los vecinos del lugar alumbraban el camino con pequeñas hogueras para quemar los malos espíritus.
Foto: Sofia Letona
Iniciando puntualmente a las 6 PM cada 7 de diciembre, frente a las casas por todo el país se queman papeles, madera, algunas cosas viejas y demás materiales inflamables que sacan de sus casas. Algunos conocen el origen de esta tradición y esperan la purificación de sus hogares, mientras otros solo siguen la costumbre heredada por años.
Foto: Sofia Letona
En los últimos años, después que un serio debate surgiera sobre promover o no esta actividad familiar – dado a que en este día se registraba el mayor índice de contaminación en el país (producto del humo de muchos materiales no aptos para quemar, como el plástico) – el ingenio guatemalteco se hizo evidente en la creación de una alternativa para la fogata: las famosas piñatas de cumpleaños toman un nuevo protagonismo al ser hechas con poco papel y con la forma de diablos graciosos, que son idóneos para hacer un poco de fuego sin mayores complicaciones. Sin embargo, hay que señalar que, en muchos lugares del país, la gente todavía quema artículos de madera, papel y de uso doméstico con el fin de purificar sus hogares.
Otra variante que sigue cobrando popularidad es juntarse un grupo grande de personas alrededor de una estatua de madera y cartón – al estilo de una piñata – con la imagen de algún diablo, prenderle fuego y ver como se incinera. La Antigua Guatemala ha acogido esta variante y la realiza en el Barrio de la Concepción en la salida de la ciudad en la 4a Calle Oriente, acompañada de música, ventas de comida, mucha gente y seguridad.
La Quema de Diablo es una de las actividades comunales más asistidas en La Antigua y una de las pocas que se realizan muy puntualmente, así que si vas a asistir, ¡no llegues tarde!