Cuando te acercas al Valle de Panchoy por la carretera que viene de San Lucas, la primera vista de La Antigua que tendrás es una postal de volcanes y construcciones señoriales. Cuando finalmente llegas a la ciudad colonial, un poco antes de cruzar a la derecha para atravesar el puente que pasa encima del Río Pensativo, podrás observar una pequeña garita que sirve de guardianía a la policía.]
Presta atención, pues adosada a esta estructura se encuentran dos personajes hechos de piedra con la cabeza cubierta por conos dejando ver solo los ojos – como los sayones que se ven en la Cuaresma y la Semana Santa. Las figuras sostienen un libro abierto en el cual puedes leer una frase que estimula a la imaginación. Esta clave pasa desapercibida por quien no haya leído el libro Los Nazarenos de José Milla y Vidaurre, célebre escritor guatemalteco del siglo XIX. Es una frase de pase de un grupo político que, según lo relatado en esta obra, fue el que salvó a la Capitanía General del Reino de Goathemala.
La frase conserva su fuerza incluso en la actualidad; lee en latín “Malo mori quam foedari”, cuyo significado en español es “Prefiero morir que ser deshonrado”. En el libro, esta clave no solo sirvió para tener acceso a los distintos lugares donde se reunía el grupo en secreto, sino también como insignia para comportarse dentro de la sociedad colonial.
Este romanticismo de significados hace a esta ciudad aún más mágica, con secretos a la vista de quien quiera verlos, y conecta de forma simbiótica el sentido histórico y el religioso. Esta es solo otro ejemplo de lo misterioso que entraña cada calle y cada piedra de esta hermosa e histórica ciudad, La Antigua Guatemala.