Santiago de Tequila – conocido generalmente como Tequila – es una ciudad situada a unos 60 km de Guadalajara, Jalisco, en México. La ciudad comparte un nombre con la famosa bebida porque es el lugar donde ésta nació.
El tequila se hace de agave azul, una planta nativa de la zona y de algunas otras regiones calientes y áridas en México. A lo largo del camino que conduce a la ciudad, podrás ver millas y millas de tierra teñida de azul con plantas de agave que contrastan con el color naranja (y, a veces rojo) de la tierra.
El uso de la planta de agave se remonta al período prehispánico donde los nativos utilizaban la planta para varios propósitos: hacer bolígrafos, clavos, agujas y para coser y para tejer (con hilo hecho de la planta). También hicieron infusiones para tratar problemas del estómago e hígado.
Los nativos utilizaron el corazón lleno de azúcar de la planta, la “piña” (porque se parece a una) para crear la base para una bebida fermentada que llamaron mezcal. Después de la llegada de los españoles, la ciudad fue introducida al proceso de destilación y lo que antes era el mezcal se convirtió en el tequila.
Al igual que con algunas regiones productoras de vino, el nombre de tequila ha sido protegido por el gobierno. Su uso está limitado a los productos cultivados a partir de agave en algunas partes de México (sobre todo la ciudad de Tequila y algunos municipios de los alrededores). Hay una lista de al menos quince destilerías – de enorme tamaño – a las que se les permite utilizar el término tequila para comercializar sus productos. Hay más de un centenar de pequeñas destilerías que venden su producto como agave.