Conociendo la Escuela de Carpintería Alotenango.
Un programa educativo que transforma el nivel de vida de la niñez y juventud guatemalteca.
En esta ocasión les presentare mi experiencia en este interesante proyecto social de desarrollo, mi nombre es Sofia Escoto, soy salvadoreña con una estancia temporal en Antigua, y como especialista en desarrollo local y apasionada por los temas sociales, fui invitada a conocer una experiencia sobre jóvenes trabajando con madera, durante una reunión de baile [también bailarina de salsa].
Así que esa mañana decidí conocer de que se trataba la escuela, y llegue a Alotenango, al pasar la calle principal llena de ventas, negocios y autobuses, en uno de los callejones colindantes menos ruidoso que la calle principal, una mujer sale a mi encuentro y me saluda afectuosamente, ella se llama Suzan Eleveld, que se presenta muy orgullosa de esta iniciativa que le llena el corazón desde hace 20 años en Alotenango, aunque se país de origen es Holanda, y así iniciamos mi recorrido por este interesante lugar.
Ella me muestra primero el “Taller Vocacional”, que cuenta con toda la maquinaria profesional y comenta que la compraron recientemente, “antes tardaban más los procesos para elaborar los productos, ahora contamos también con equipo de seguridad para trabajar, todo esta acá, en este armario, organizado por los mismos estudiantes, quienes se encargan de limpiar y ordenar el espacio después de cada uso”.
Nos dirigimos al segundo nivel del local, en donde ya nos están esperando el maestro carpintero, Don Augusto, con sus alumnos actuales, seis jóvenes entre los 16 y 19 años, cada uno saluda y se presenta cordialmente, luego comentan sobre lo que están trabajando en este momento, me muestran mesas de centro, cajones de joyeros, marcos de espejos, entre otros, cada uno de los artículos elaborado con minuciosos detalles, dignos de una galería de arte.
Ellos me muestran algunas fotografías en donde van archivando las memorias del proceso de cada producto, con orgullo muestran cómo han pasado de elaborar productos básicos a otros más sofisticados, y como han pasado de una técnica a otra, “antes hacia estas piezas grandes, ahora estoy iniciando esta mesa con efecto de 3D”, me comentan.
Las piezas no son para comercialización en masa, esta es una escuela, cada producto es único y es el resultado del programa de aprendizaje de los estudiantes, denominado Taller Vocacional, que es una formación completa durante dos años, aprendiendo carpintería con herramientas manuales y maquinaria industrial.
La escuela apoya a los estudiantes, con una beca de Q 600 quetzales mensualmente, uniforme para toda la semana, botas industriales, un kit de seguridad industrial, también apoyo financiero para la compra de su propio kit de herramientas. Para la escuela el costo por alumno es de Q23, 046.23 al año, y cubren este monto a través de donaciones. El apoyo monetario permite que asistan a la escuela y que puedan apoyar económicamente su entorno familiar.
La escuela tiene la opción de nivel básico, denominado “Taller Artesanal”, en esta modalidad se reciben 40 niños cada año, tomando clases dos veces por semana por la mañana o la tarde, dependiendo de su disponibilidad, el curso se brinda durante tres meses, y elaboran, lámparas, mesas o sillas, ellos elaboran 5 objetos cada uno, de los cuales pueden conservar 2 y los otros 3 se venden para recaudar fondos para la escuela. Al finalizar los tres meses, se realiza una reunión con los padres de familia que puedan ver el esfuerzo de sus hijos e hijas y entregarles los productos elaborados.
Los jóvenes de esta escuela provienen de familias de escasos recursos económicos, y dependiendo de las posibilidades económicas de la familia cada uno, pagan Q5 quetzales, por inscripción y la mensualidad se determina bajo un estudio socioeconómico que puede ser incluso beca completa, las clases se imparten de marzo a noviembre.
La escuela también cuenta con una modalidad llamada “Estudiantes Intensivos”, ellos son alumnos que desafortunadamente no estudian, pero pueden crear piezas y generar algún ingreso para sus familias. La escuela recibe niños/as de 11 a 18 años para nivel básico y en cada grupo puede participar un adulto cuando hay un compromiso de llegar todo el año. Los Jóvenes de 16 años en adelante pueden inscribirse para el nivel avanzado.
A lo largo de 20 años de la escuela, se han formado muchos alumnos, que se han convertido en profesionales de la madera y son una opción para el sostén económico de sus familias, transformando su nivel de vida. En esta escuela, también se fomentan valores para la vida en general, disciplina, honestidad, responsabilidad en el trabajo y compañerismo.
En mi visita de este día, es ya la hora de almuerzo, los alumnos se acercan a despedirse cada uno con saludo de mano se retira y regresaran en una hora, Suzan me comenta que “ en muchos casos hay comida en su casa en este momento”, yo me despido en esta ocasión, mientras platicamos sobre que actividades podríamos desarrollar con los jóvenes, puede ser un paseo por Antigua, algo que no es común para ellos, a pesar de estar muy cerca.
Espero te haya gustado mi experiencia y que tú también puedas conocerla en algún momento, ¡Si te ha interesado conocer esta experiencia o apoyar estos jóvenes, o si conoces a personas que podrían formar parte de ella no dudes en contactarlos! Ahora necesitan urgentemente apoyo con pintura para las sillas, mesas y bancos plegables elaborados por los alumnos del Taller Artesanal, para poder venderlos.
CONTACTANOS
|
|
Teléfonos
Oficina 7831 6219 Celular 58055637 |
Sitio Web
Goed doel | Timmerproject Guatemala
|
Correo
|
Facebook /Instagram
Escuela de Carpintería Alotenango (@escueladecarpinteriaalotenango) |
Written by Sofia Escoto